El sistema de pensiones chileno y su ¿fracaso?

El sistema de pensiones de Chile es un tema de referencia cuando se habla de cambiar los sistemas de pensiones en Europa. Es un sistema de capitalización y no de reparto.

En España el sistema que tenemos es de solidaridad intergeneracional, o de reparto, en el que las pensiones de los jubilados se pagan a partir de las cotizaciones de los trabajadores en activo.

En Chile se cambió a un sistema de capitalización privada, similar los planes de pensiones privados de España, en los años 80. El resultado es que las personas que se están jubilando en Chile reciben unas pensiones de jubilación muy bajas, de media alrededor del 30% de los últimos salarios.
¿Cómo ha fallado de un modo tan estrepitoso este sistema?
Muchos en Chile acusan a las AFPs (Administradoras de Fondos de Pensiones) de invertir mal, de cobrar demasiadas comisiones, se escandalizan de que este dinero se invierta en acciones y bonos de empresas y de este modo favorecen al sistema financiero-industrial más que a los jubilados y trabajadores, pero hay una explicación muy simple a estos resultados desastrosos.

Los chilenos solo invierten el 10% de sus ingresos en los planes de pensiones o AFPs. Insisto SOLO UN 10%.

En España alrededor del un 25% del coste laboral de las empresas va destinado al sistema de pensiones.

Honestamente, me parece de una gran ingenuidad que se espere que con unas aportaciones de solo un 10% se consigan unas pensiones dignas. Si hubieran aportado el 25%, recibirían 2,5 veces lo que reciben ahora, con AFPs que lo hagan igual de mal que hasta ahora. Se jubilarían con un 75% del salario.

En Europa, las cotizaciones a las pensiones son en todos los países similares a las españolas. Nuestro sistema está en crisis, pues cada vez hay más jubilados y el ratio de jubilados/trabajadores baja, pero las pensiones son de un 79 % del salario en España y de un 60 % en otros países de Europa. En Europa se discute sobre el futuro de las pensiones y lo más probable es que bajen, pero la comparación con Chile es interesante.

Chile demuestra que un sistema en el que se aporte el 25% del coste salarial a un plan de pensiones privado puede garantizar unas pensiones de un 75% del salario, unas pensiones similares a las españolas actuales en %, y, lo más importante, SOSTENIBLES, mientras en España se prevé que para 2030 solo se cobre de jubilación un 60 % del salario si queremos que este sistema sea sostenible.

Otro ejemplo es Holanda, donde cobran alrededor del 90% del salario, pero el sistema público solo aporta un 27% y el otro 60% viene de planes de ahorro privados.

A los chilenos les engañaron cuando les dijeron que con esa pequeña aportación tenían garantizada una pensión digna. Si bien hasta la crisis los AFP consiguieron unas rentabilidades excepcionales, superiores al 8% sobre la inflación, la gran recesión que todo el mundo ha vivido desde 2008 ha estropeado estos resultados, haciendo que en 2009 los fondos tuvieran pérdidas, llevando las rentabilidades a unos valores medios más normales que hacen que esa aportación del 10 % del salario haya sido insuficiente en algunos años de esta crisis, mientras antes de la crisis era suficiente para conseguir buenas pensiones. La volatilidad de los mercados influye en la cantidad a recibir, y si se quiere asegurar unas pensiones mayores, simplemente hay que subir las cotizaciones a niveles europeos.

Concluyendo, decir que el sistema de pensiones chileno es un fracaso es una falacia, pues cobran poco los jubilado porque aportaron poco al sistema, sólo un 10% de los ingresos.

Este a sido el análisis de la falacia del sistema chileno de pensiones. 
Podéis leer más falacias aquí.

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